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La poda calavera consiste en descopar el tallo del café a una altura de 1,80 m, dejando ramas de aproximadamente 10 cm de longitud. Esta técnica ayuda a estabilizar la producción, especialmente cuando muchos lotes han envejecido. Sin embargo, genera un alto número de chupones, lo que reduce la duración del ciclo productivo a solo dos cosechas. Al finalizar este ciclo, es recomendable renovar las plantas mediante la siembra de variedades nuevas. La poda calavera se considera una alternativa temporal que permite organizar la edad de los lotes de café en la finca, asegurando una producción más eficiente a corto plazo.