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El año 2016 pasará a la historia como aquel en que el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC firmaron el acuerdo de paz que pone fin a un conflicto de más de 50 años de existencia, lo que tiene importantes implicaciones en todos los frentes, especialmente en el ámbito del desarrollo rural que ha sido donde el conflicto ha dejado sus peores consecuencias. En relación con el conflicto colombiano, el primer artículo que trae esta edición No. 31 de Ensayos de Economía Cafetera “Choques en los precios de los productos básicos y conflicto civil: evidencia para Colombia” de Oeindrila Dube y Juan F. Vargas responde a la pregunta: ¿Cómo afectan los choques en el ingreso de la población al conflicto armado? El artículo aprovecha los choques exógenos en los mercados internacionales de productos básicos y un rico conjunto de datos sobre el conflicto colombiano para evaluar cómo distintos tipos de choques sobre el ingreso afectan el conflicto. Se examinan cambios en los precios de los bienes agrícolas (que son intensivos en mano de obra), así como de los recursos naturales (que no lo son). El análisis está centrado en los dos bienes de mayor exportación en Colombia: el café y el petróleo. El análisis encontró que una brusca caída de los precios del café durante los años noventa, generó salarios más bajos y aumentó la violencia diferencialmente en los municipios que cultivan más café. En contraste, un alza en los precios del petróleo, provocó tanto un aumento de los ingresos municipales como en la violencia de manera diferencial en la región petrolera. El análisis muestra que este patrón se mantiene en otros seis sectores de recursos agrícolas y naturales, proporcionando evidencia de que los choques a los precios afectan el conflicto en distintas direcciones dependiendo del tipo de producto. Estos resultados tienen implicaciones de política pública dadas las externalidades positivas que genera los buenos precios del café en bajar la conflictividad en contraste con la externalidad negativa que generan los precios del petróleo. Esta es una razón muy potente que respalda la necesidad de apoyar con políticas públicas las actividades agrícolas intensivas en mano de obra como el café para que generen buenos ingresos.