Journal Rank: Q1 (Agronomy and Crop Science)
El café es un pilar fundamental de la prosperidad económica de Colombia, ya que representa aproximadamente el 7% del PIB agrícola del país. Además, contribuye de forma significativa al empleo agrícola nacional, ya que los puestos de trabajo directos derivados del cultivo del café representan el 26% del total de la mano de obra agrícola. Esto subraya el papel fundamental que desempeña el café en la configuración del panorama social y económico de Colombia, consolidando su posición como principal origen de cafés suaves para los consumidores mundiales. Sin embargo, la producción cafetera colombiana se enfrenta al reto de operar en medio de unas condiciones de lluvia persistentes, que favorecen la aparición de enfermedades fúngicas.
Esto, unido a las limitaciones medioambientales, económicas, comerciales y de seguridad para el control de enfermedades, crea un escenario polifacético que pone a prueba continuamente las estrategias de gestión de enfermedades. Abordar esta compleja dinámica exige un marco de protección de cultivos que integre a la perfección metodologías eficientes y sostenibles. Dichas metodologías deben dar prioridad a la prevención de brotes, la rentabilidad, el cumplimiento de las normativas nacionales e internacionales y la preservación de la salud humana y medioambiental. La gestión integrada de enfermedades surge como una solución capaz de optimizar la productividad adaptada a las condiciones únicas de cada parcela. Al mitigar el impacto de los patógenos al tiempo que se utilizan y conservan responsablemente los recursos naturales, este planteamiento salvaguarda el bienestar tanto de los productores como de los consumidores.
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