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Además de Ia atención cada vez mayor que despierta la histórica baja de los precios del café, existen otras cuestiones relativas a Ia producción de café que merecen también atención. Dos de esas cuestiones son de suprema importancia y están estrechamente enlazadas con los problemas agronómicos con que se enfrentan los caficultores (por ejemplo, el control de las enfermedades y las plagas) y Ia transferencia de información relacionada con el café a los caficultores, los cientificos, los encargados de actividades de extensión y las organizaciones de cafeteros. El programa de investigación cafetera del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) se centra en esas dos esferas. El principal foco del programa es el de llevar a cabo una investigación encaminada a desarrollar estrategias innovadoras de control de las plagas que puedan usarse contra Ia broca del fruto del café, Ia plaga de insectos del café que causa más devastación en todo el mundo. A consecuencia de nuestra labor en America Latina y Africa, hemos notado con frecuencia que a mayor parte de las publicaciones cientÃficas que tratan de Ia broca del fruto del café no han llegado a manos de los cientÃficos y extensionistas del café, lo que resulta muchas veces en una innecesaria repetición de las investigaciones y, lo que es más importante, en que ni los cientÃficos ni los extensionistas sepan que existe una informacion que podrÃa ser esencial para abordar el problema de Ia broca del fruto del café. Esta falta de un mecanismo eficaz en Ia industria cafetera para Ia transferencia de información es asombrosa, si pensamos que en términos de valor económico el café es uno de los productos agricolas más importante del mundo, que supone 55.000 millones de dólares al año según cálculos estimativos (Cárdenas 2001) y que solo se sitúa a continuación del petróleo como fuente de divisas para los paÃses en desarrollo. La Organización Internacional del Café (OIC) calcula que Ia producción cafetera emplea directamente a 25 millones de personas como mÃnimo a jornada completa en todo el mundo; y si se tienen en cuenta las actividades cafeteras conexas (por ejemplo tueste, elaboración, transporte, etc.) esa cifra llega a los 100 millones de personas (ICO 1997). Otros productos agrÃcolas cuentan con centros internacionales de investigación dedicados a su estudio. Prueba de ello son el Centro Internacional de Mejora del Maiz y el Trigo (CIMMYT) de Mexico y el Instituto Internacional de lnvestigación del Arroz (IRRI) de las Filipinas, dos de los 16 centros de investigación que tienen como égida el Grupo Consultivo sobre lnvestigación AgrÃcola Internacional (CGIAR). El Dr. Gabriel Cádena, Director del Centro Nacional de Investigaciones de Café (Cenicafé) de Colombia ha propuesto que se establezca un Centro Internacional de Investigaciones Cafeteras, organización que deberia haberse creado hace mucho tiempo.